Si trabajas con población infanto-juvenil seguramente utilizas el juego en tus sesiones. Los que trabajamos con esta población sabemos que a los NNA ( niños, niñas y adolescentes) no les suele gustar hablar de sus problemas y que las terapias meramente verbales no siempre funcionan.
El juego es una herramienta poderosa que podemos usar de manera terapéutica en nuestras intervenciones. Conocer sus efectos terapéuticos nos aporta claridad sobre para qué usarlo. Creo que en ocasiones se infrautiliza el juego. Lo usamos como medio para lograr una mejor relación y/ o a modo de recompensa al final de la sesión. Si utilizamos el juego de esta manera no erramos pero estamos desaprovechando todo su potencial.
Utilizar sólo el juego en terapia a modo de premio o recompensa, o al final de las sesiones de terapia es infrautilizarlo.
El juego puede ser incorporado en nuestro plan de tratamiento, como vehículo privilegiado para lograr los objetivos terapéuticos qué nos hemos propuesto.
Una guía que nos ayuda a empezar a ver el juego de otra forma, es conocer los llamados PODERES TERAPÉUTICOS DE JUEGO.
Los poderes terapéuticos del juego son los mecanismos de cambio o factores terapéuticos que subyace al uso del juego en psicoterapia y determinan que causa los cambios.
Todas las orientaciones teóricas en psicoterapia tienen poderes terapéuticos específicos, es decir mecanismos de cambio asociados a una forma específica de trabajar. Y todas las orientaciones tienen también mecanismos de cambio comunes cómo, por ejemplo, la relación terapéutica.
Schaefer, terapeuta de juego y fundador de la asociación de Terapia de juego Norteamericana identificó los poderes terapéuticos del juego basándose en una revisión de la literatura y en experiencias clínicas de terapeutas que intervenían con juego.
LOS PODERES TERAPÉUTICOS DEL JUEGO son los mecanismos reales que ocasionan el cambio en las personas. El juego inicia, facilita o refuerza los mecanismos de cambio.
Vamos a ver estos poderes y su fundamento en relación al juego:
A. Facilita de la comunicación
1. Autoexpresión
Poder expresar ideas, emociones, tanto de forma consciente , cómo inconsciente acompañado de un adulto en sintonía que ofrece una relación segura, activa el sistema límbico, provocando la liberación de dopamina y el bienestar.
El juego facilita la autoexpresión de muchas formas: mediante el juego simbólico, actividades artísticas, juegos de rol «como si», etc..
2. Acceso al mundo interno
A través del juego, los mecanismos de defensa se relajan y es más sencillo acceder al mundo interno del NNA. El niño puede expresar necesidades y el terapeuta reflejarlas, sin que exista el miedo, ni la necesidad de protección.
3. Enseñanza directa
En muchas ocasiones , los terapeutas, somos directivos en las sesiones e impartimos conocimientos, habilidades y estrategias para ayudar y mejorar la comunicación. Todo esto lo haremos a través de actividades lúdicas que capten la atención, se fomente la participación y se puede aprender tanto por observación como por ensayo-error.
4. Enseñanza indirecta
Mediante las historias y metáforas ofrecemos enseñanzas de forma indirecta. Podemos usar libros, metáforas o crear nuestras propias historias personalizadas.
B. Fomenta el bienestar emocional
1. Abreacción
La abreacción es el proceso mental en el que los recuerdos reprimidos de los eventos traumáticos se reexperimentan con una adecuada liberación de emociones.
A través del juego, se pueden representar las experiencias dolorosas de manera indirecta. Por ejemplo un perrito al que le han hecho daño o han abandonado podría ser un contenido que salga en una sesión con una persona que ha sufrido adversidad y podríamos empezar a hablar de las emociones del perrito ante esa situación.
2. Catarsis
Poder expresar emociones intensas contenidas es terapéutico, siempre y cuando se den unas condiciones. De lo contrario puede ser contraproducente. La catarsis permite liberarnos de emociones profundas. La condición es que en la catarsis exista conciencia, control y seguridad. El juego, junto con un terapeuta regulado, facilita dichas condiciones.
3. Gestión del estrés
El juego es un antídoto natural contra el estrés. A través del juego podemos liberar estrés y también aprender técnicas de afrontamiento, bien directa o indirectamente. En una sesión de Juego terapéutico, los niños y niñas elaboran experiencias obteniendo una mayor sensación de manejo ante los eventos y situaciones.
C. Mejora las relaciones sociales
1. Relación terapéutica
La relación terapéutica es el ingrediente fundamental para que las técnicas y estrategias que utilicemos con los pacientes sean eficaces. Los afectos positivos que se expresan durante los juegos favorecen el vínculo terapéutico. Los niños se fían más de las personas que se divierten y sonríen de forma auténtica. Cuando perciben que te lo pasas bien y entiendes su «lenguaje».
2. Apego y mejoría de las relaciones
El apego se refiere al vínculo afectivo que se forma entre el bebé y su cuidador (Bowlby, 1969).
El apego aumenta la probabilidad de supervivencia. Y si este apego es seguro la regulación afectiva es mejor y por lo tanto la salud mental. El juego tiene un papel esencial en el establecimiento del vínculo. Las interacciones lúdicas entre los progenitores y los niños y niñas aumentan, junto con otros factores, las probabilidades de sentimientos de apego seguro.
Las actividades de juego de apego no requieren juguetes, requieren presencia. Como terapeutas podemos guiar a los padres en juegos que fortalezcan el apego. Theraplay® es un ejemplo de este tipo de intervenciones.
3. Sentido del yo
El sentido de identidad personal, saber quienes somos es una tarea evolutiva para la que todas las personas estamos motivadas. A mayor sentido del self, mayor seguridad. En los niños y niñas el sentido del yo está en constante cambio y desarrollo. El juego les ayuda a tomar decisiones por si mismos, a resolver problemas, a experimentar diferentes roles e ir descubriendo su identidad.
4. Empatía
Empatizar es una habilidad importante del desarrollo socio-emocional. La falta de empatía tiene consecuencias negativas en nuestras relaciones. La clave para entender la empatía desde un punto de vista neurológico son las neuronas espejo. Estas se activan no sólo cuando uno mismo realiza una acción, sino también cuando observa a alguien realizando esa misma acción. Facilitan la comprensión de las conductas de los demás.
Está demostrado que los juegos de roles, sobre todo durante preescolar y primaria se relaciona con el desarrollo de la empatía, la cooperación, el altruismo y la resiliencia del yo (Connolly y Doyle, 1984; Gottman y parker, 1986; Iannotti, 1978; Strayer y Roberts, 1989).
D. Aumenta las fortalezas personales
1. Resolución creativa de problemas
El juego facilita la capacidad de pensamiento divergente, de idear estrategias alternativas de afrontamiento, de ver las situaciones desde la perspectiva de otros y por lo tanto favorece la flexibilidad y la introspección en la solución de problemas.
2. Resiliencia
La resiliencia, tomando la definición de mi admirado Jose Luis Gonzalo Marrodán, es el crecimiento postraumático, crecer y rehacerse desde la adversidad. La resiliencia es transformación.
La terapia basada en juego ayuda en esa transformación. En el juego se dan situaciones de incertidumbre que se han de resolver. Se utiliza el humor y se aprende a ver las situaciones desde otro punto de vista. Todas estas habilidades forman parte de la resiliencia.
3. Desarrollo moral
El desarrollo moral se relaciona con las reglas que las personas tienen para regular las interacciones con los demás. Con los juegos de reglas, los niños aprenden sobre imparcialidad, igualdad y justicia. En general el juego promueve aspectos del desarrollo entre ellos el moral, sobre todo cuando las personas adultas participan en los juegos.
4. Autorregulación
La autorregulación es la capacidad para gestionar las experiencia en diferentes niveles: cognitivo, emocional, fisiológico y conductual. Es un proceso complejo que depende de muchos factores y que muchos niños, niñas y adolescentes no logran.
Con el juego dramático los niños y las niñas han de ceñirse a un papel. Siendo otros pueden experimentar regulación y rangos emocionales que de otro modo vivirían como menos manejables. Otro ejemplo lo tenemos en los juegos de lucha. A través de este tipo de juegos se reduce la impulsividad.
5. Autoestima
Después de haber leído todo el artículo, que el juego aumenta la Autoestima no te resultará raro.
Cuando una niña puede escoger y decidir a qué jugar, cómo jugar, cambiar de juego y terminar de juego la sensación de control sobre su vida es mayor.
Determinados juegos empoderan, cómo por ejemplo: juegos de luchas, juegos con superheroinas, cambiar reglas de los juegos, inventar un juego.
Comprender y tener en cuenta los poderes terapéuticos del juego, nos ayuda a establecer las actividades dentro de los planes de tratamiento que, como terapeutas, diseñamos para cada caso.
El juego es mucho más que juego. No lo olvides.
Bibliografia
Kevin J. .O’connor, Charles E. Schaefer, LIsa D. Braverma Manual de terapia de juego.Ed. Manual Moderno.
Gracias por leerme, encantada de que comentas y hasta la próxima.
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